20 mayo, 2008

Poli-zepes




¡Este es el país de las cincuenta mil vainas! Aquí sólo nos falta inventar el agua tibia. Ahora para conmemorar la Semana de Caracas, el Alcalde Mayor Metropolitano puso en el cielo caraqueño (hace más de una semana y a manera de prueba) un dirigible o zepelin. Yo todavía no lo he divisado porque con lo de las marchas estudiantiles y las bombas lacrimógenas, no tengo vista pá arriba.

Según declaraciones del ínclito Alcalde Mayor, es más rentable gastar tres millardos de devaluados bolívares en el aparato que contratar más policías. Imagino que esta medida no tiene nada que ver con el problema del desempleo que cada día es mayor, ni con el ahorro de combustible. La cuestión es contra el hampa caraqueña. El grueso de la población recuerda los zepelines como armas destructivas utilizadas en la primera guerra mundial. Ahora su uso ha derivado en múltiples aplicaciones desde la década de los 90. Se vienen usando estos artefactos en seguridad y defensa, en ecología, en investigación científica en publicidad y como plataformas comunicacionales. Hasta han sustituido a los satélites orbitales.

En nuestra bella ciudad, el zepelin daría combate a los choros, malandros, atracadores y similares que azotan la ciudad capital. Imagino que si la cosa resulta, adquirirán más de estos artefactos para usarlos en todo el país, puesto que la inseguridad campea en todo el territorio de la república. Los escasos policías que hay son utilizados como escoltas o guardaespaldas de los jerarcas del régimen y no en velar por la seguidad de la ciudadanía. Yo esos bichos -los zepelines- no los he visto personalmente, ni termino de comprender cómo van a hacer para atrapar a los choros que generalmente andan en motos sin placas. ¿Será que al divisar desde las alturas a un motorizado efectuando un arrebatón, los poli-zepes se deslizarán por cuerdas -cual diestros Ninjas- para caerle encima al ladrón? ¡Estupendo! Hemos alcanzado el territorio virtual de las películas hollywoodenses.

Imagínense ustedes en pleno centro de Caracas, con las calles llenas de buhoneros, viandantes y vehículos, los poli-zepes impidiendo un atraco desde el dirigible. Plomo pa´ bajo y los hampones plomo pa´arriba (porque aquí el hampa tiene un armamento de tecnología de punta.) ¿Qué tal que le den un pepazo al mentado zepelin cargadito de Helio?, ¡madre estallido! justo encima de la Plaza Bolívar. ¡El Hindenburg se quedó pendejo!

No he leído en la prensa nacional mayores detalles sobre la aplicación que darán a estos artefactos. ¿Será que el zepelin tendrá una ballena incorporada para rociar a los manifestantes? Algo así como el diluvio universal contra los marchistas opositores. ¿O pretenderán lavarle las manos blancas a los estudiantes? Si suponen utilizarlo como centro de comunicaciones para la policía y desde el aire enviar avisos a las patrullas policiales para detener los hechos delictivos, quedamos en lo mismo. Ya nuestros patrulleros han demostrado no poder contra el hampa en tierra. Menos con este nuevo Código Civil que saca rapidito a los delincuentes de detrás de las rejas. Que espanto y estampida de ladrones, atracadores y asesinos que aquí campean, cuando se les presente el hermoso zepelin de la Alcaldía Mayor todo pintadito rojo, rojito, con los acostumbrados slogans: Ahora Venezuela es de choros (¡perdón!) de todos, haciendo zum,zum, zum (porque suenan como una lavadora.) ¿Será que los malandros dejarán los botines tirados en la calle? ¿No le dispararán al presunto secuestrado? ¿Dejarán la droga esparcida en el sitio? Necesito aclaratorias sobre este modus operandi.

Dos cosas que me preocupan seriamente de estos zepelines: ¿Dónde aterrizarán en caso de emergencia? ¿Acaso en las terrazas de los edificios expropiados por la Alcaldía? y ¿Que pasará con el ambiente y el gas que despiden? No me parecen muy ecológicos porque exterminarán los pocos zamuros que quedan. ¡Tremendo susto se pega un zamuro cuando ve ese bicho que se le viene en contra!


Caracas, junio 2007
Ilustración: Diario Tal cual, agosto 2007 (Se agregó la imágen tardíamente. O sea que el escrito fue premonitorio)