06 marzo, 2010

Justicia tuerta


"El Poder Judicial contiene la medida del bien o del mal de los ciudadanos; y si hay libertad, si hay justicia en la República, son distribuidas por este poder. Poco importa a veces la organización política, con tal que la civil sea perfecta; que las leyes se cumplan religiosamente, y se tengan por inexorables como el destino." Simón Bolívar (Discurso al Congreso constituyente de Bolivia. Mayo 1826).
Bajo la hégira de los que se auto-proclaman herederos de El Libertador, en la revolución bolivariana sucede todo lo contrario a lo que Bolívar aconseja. Nuestra justicia está como Shakira: ciega, sorda y muda; además con toga roja, rojita. La suprema del Supremo Tribunal de INjusticia de la Repbolven, “Fue enfática al señalar la Presidenta del Alto Tribunal del país, que se requiere una cuarta columna en la construcción del nuevo Poder Judicial, “y por eso, nuestra cuarta columna es el Nuevo Juez, hemos determinado la importancia de una nueva generación de relevo, que como dije al inicio, sea digna de recibir el testigo (…) he aquí la generación de relevo…y el necesario y fructífero acercamiento entre el Tribunal Supremo de Justicia y la Universidad Bolivariana de Venezuela, con el propósito fundamental de materializar este sueño”.
“De esta manera, se construye con cimientos sólidos en el Poder Judicial venezolano, un eje de comunicación permanente entre los jueces como docentes y los profesionales egresados de la Universidad Bolivariana de Venezuela, a partir de una corresponsabilidad socio-educativa, que nos compromete aún más, a la formación integral de futuras generaciones con una visión de país fundamentada en la ética, la moral, el desarrollo académico, la justicia, la equidad y la mayor suma de felicidad posible, contribuyendo así al fortalecimiento del pensamiento del Padre de la Patria”. (sic) *


A Doña María Estela Morales no se le aguó el ojo con semejantes declaraciones anticonstitucionales y discriminatorias. Ergo: los jueces y fiscales deberán ser preferiblemente egresados de las Universidades Bolivarianas, ya que así supuestamente estarán mejor adaptados a los principios de la "justicia socialista", blablabla... En otras palabras menos edulcoradas: el proceso necesita de jueces genuflexos, cuadrados incondicionalmente con él. Le iremos lavando el cerebro desde el inicio de sus carreras en universidades bolivarianas que difunden y enfatizan nuestros altos ideales.

Como cualesquiera ciudadano de a pie sé que debo acatar las leyes sin chistar, pero es tradición entre nos considerar que su cumplimiento está hecho para los pendejos. En las actuales circunstancia el sistema judicial deja mucho que desear en eso impartir justicia y condenar el delito: en nuestro país la impunidad campea y con la politización institucionalizada, las cosas no van a mejorar. Nuestra constitución es poco menos que papel sanitario. En Venezuela la leyes no se aplican para proteger a los ciudadanos, se aplican para perjudicarlos. Cuando por esas vainas de la vida se consigue un juez con criterio propio -como el caso de María Afiuni Mora- se le levanta un expediente arbitrario y va a parar a la cárcel sentenciada a priori. ¡Me le dan 30 años!, dijo el amadolider… y el nuevo juez, ese que comulga con los altos ideales de: integridad, ética, moral y justicia revolucionaria, no duda en obeder...¡Sus deseos son ordenes, mi comamandante!
Un balde de agua helada le lanzaron a los abogados egresados de universidades tales como: Central, Católica, Santa María... Claramente les dieron a entender que como profesionales no son idóneos y mucho menos cónsonos para impartir justicia. Por extensión corremos el riesgo de que esta malhadada declaración, se haga norma y termine aplicándose a otras profesione. La presidente del Colegio de Abogados, levantó su protesta en nombre de los interesados, pero creo que se quedó corta. Lo menos que debería hacerse es que la directiva en pleno con sus agremiados concurran a quemar sus títulos ante el TSJ.

Que tristeza de país, cuando las futuras generaciones de profesionales saben de partida que el título que obtengan –luego de tanto esforzarse- será de segunda, porque no cursaron su carrera en una universidad bolivariana. No tendrán mucho dónde escoger: o se gradúan en una universidad chimba y tienen trabajo seguro, o se gradúan en una buena universidad y anda tú a saber dónde podrás desempeñarte. En otras palabras: ¡Al carajo la excelencia, bienvenida la mediocridad! Basta señalar que es falso eso de que “ahora la justicia es de todos” y que los del soberano seamos iguales ante la ley. Queda comprobado que nuestra justicia es tuerta, hay unos más iguales que otros y quienes deben estar en sus cargos no están y los que están no son los que deben…

*pag. Web del TSJ con fecha 12-02-2010


Caracas, marzo 1020
Ilustración tomada de la web
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