¡Es que la mata de vainas no para de echar! tan orgullosa que estoy yo de mi caraqueñeidad y resulta que ahora no seré más caraqueña. En verdad no sé cómo voy a responder cuando me pregunten por esos mundos de Dios: ¿dónde nació usted ? en La Cuna de Bolívar y Reina de Guaraira repano, ¡na´guará..! ¿Y mi gentilicio como queda? soy caraqueña o soy cunabolivarianesa o reinaguarairarepanoesa ¡Coñastre! Que alguien docto en estos menesteres me informe…
¡No ser rían, la cosa va en serio! Según la propuesta Reforma Constitucional, en su articulado no.18 prevé el cambio de nombre de nuestra ciudad capital. Por lo visto no es suficientemente autóctono el que lleva. Resulta que Don Diego de Losada, por allá por 1567 mucho después de los vanos esfuerzos realizados por Francisco Fajardo y Juan Rodríguez Suárez, se decidió a fundar en un valle habitado por una tribu Arawak (los Caracas) una bella ciudad que llevaría por topónimo -hasta los momentos- Santiago de León de Caracas. Santiago por el apóstol tradicional de la reconquista española (el santo militar de España), León por el nombre del gobernador de la Provincia para ese momento (Ponce de León) y Caracas porque así se llamaba la tribu indígena que habitaba esa región. Pero por lo visto para el proceso que estamos padeciendo llevar nombre indígena no basta. El Duce tropical parece estar más que dispuesto ha agotar a como de lugar las designaciones bolivarianas. Sin darse cuenta quizá, que lo que hace es convertir a un insigne prócer en un comodín de tanto uso y abuso. Todo debe llevar ese nombre desde lo más nimio hasta lo más trascendente.
Imagino que se hace esta modificación, para no ser confundidos con otras repúblicas también bolivarianas -pero seguramente con menos derecho a llevar el nombre del prócer- y para ser más papistas que el Papa.¡Que chercha! cuando yo diga que nací en la cuna de Bolívar. Un mamador de gallo de esos que nunca falta me responda: ¿Y todavía esa cuna existe ? u otro me diga ¿Y allí nacen todos los habitantes de la ciudad ? o sea que eso es de uso obligatorio, como un moisés que se pasa de recién nacido a recién nacido. No faltará otro que se le ocurra preguntarme: ¿Dónde la tienen, en la maternidad Concepción Palacios? Si ya es complicaillo en español, como se hará la traducción, cuando uno se encuentre en una aduana de cualquier país de habla no hispana. Con semejante apelativo, lo menos que pueden considerar en cualesquiera aduana extranjera es que formamos parte de una banda terrorista.
Tampoco perteneceremos más a las Comunidades Santiagueñas conjuntamente con las otras ciudades del mundo que llevan este nombre: Santiago de Chile, Santiago de Compostela, Santiago del Estero y Santiago de Cuba, entre otras.
El actual escudo de armas, presenta al león como figura emblemática de Caracas a partir de la Real Cédula de Felipe II, que se concede a petición de Simón Bolívar, Porcurador General y antepasado del futuro Libertador. Dadas las circunstancias, supongo que el cambio de nombre también conllevará un cambio del blasón en el escudo capitalino, para que todo tenga concordancia. ¡Fuera el león! pongan un rabipelao o mejor una cunita. El pendón de Losada que está en el palacio Municipal intuyo que ha de ser incinerado en la ceremonia fundacional de la renovada capital y sus novedosos símbolos. En el acto incinerador participarán los altos dignatarios capitalinos, que en vez de ocuparse de lo que en verdad le corresponde y necesitamos los habitantes de esta sufrida ciudad, andan pendientes de un sin fin de ridiculeces.
¿Que haremos con aquellos productos archiconocidos por su nombre que incorporaron el gentilicio proscrito? La malta será a partir del momento del cambio –si es que se da- Malta La cuna de Bolívar o Malta Reina del Guaraira Repano. ¿Y que va hacer Cisneros –aparte de ponerle franelas rojas, rojitas – con Los Leones del Caracas ?
Caracas, octubre 2007