Por
si usted aún no se ha enterado a cada venezolano le sale como mínimo un abuso
diario. Si usted va a la calle un día y regresa sin haber sido abusado, no vive
en este país, u otro coterráneo salió favorecido con el que a usted
correspondía… Creo que aquí nadie puede decir que nunca un auto con los
parlantes a todo meter, no lo haya despertado sobresaltado a las 2 o 3 de la
mañana. Ni que nadie se ha salvado de las alarmas de carros, que suenan ad infinitun, sin que alguien se
conduela de los tímpanos ajenos.. Esos son abusos ciudadanos, pero hay otros
abuso oficiales o sea los cometidos por el gobierno. ¡Hay tantos que ya no se
sabe cuál escoger!
Comencemos
por el abuso oficial, ese que nos depara obligatoriamente el tormento infinito
–será qué esta gente leyó al Dante - de las llamadas cadenas presidenciales.
Los que se suponen son canales del Estado venezolano y no del gobierno
–incluyendo la radio Nacional- transmiten cantidad de programas
propagandísticos y cuñas de la revolución bolivariana… Con el intento de que
nadie se escape al llamado revolucionario la Asamblea Nacional ya nos amenaza
con la próxima Ley de regulación de los canales privados… Pero no crea usted
que por tener una conexión a uno de esos canales se salva del atropello. Como
si no bastara con el abuso de que me corten un programa o una peli, para
inducirme a comprar algo que factiblemente no necesite, resulta que el tal
producto no se vende en mi país... ¿Acaso la TV transmitida por cable no puede
prescindir de los comerciales? ¿Los canales privados internacionales, no se
pueden mantener con las subvenciones de sus usuarios? Estas programaciones
transmitidas desde Miami- son tan abusadoras que hasta transmiten cuñas en los
canales oficiales de otros países, donde tal práctica está prohibida por Ley:
es el caso de la TV. Española, que tal?
El
tema electoral y los muchos y continuos abusos del CNE estuvo en el candelero en las pasadas elecciones; qué
decir del REP desactualizado, donde no son todos los que están, ni están todos
los que son y dónde me dejan el traslado de candidaturas a complacencia y
beneficio del partido de gobierno. A los ciudadano que deseamos ejercer nuestro derecho
al voto, no nos queda otra que ir a votar en tales condiciones abusivas. Qué
decir del atropello de CADIVI donde se requiere un planillero, para obtener
unos piches dólares –sacados por cierto de tu propios ahorros- que no alcanzan
para un viaje decente; o para recopilar la enorme cantidad de documentos que
justifiquen la mesada a enviar a los hijos que estudian en el exterior.
Pero
la cosa no termina aquí: hay abusos de abusos. Los miles que se cometen contra
los pobres ancianos bien chuchumecos que tienen que ir a soportar largas colas,
para cobrar una irrisoria pensión del IVSS ¡Y ni se te ocurra enfermarte y
saltarte un mes! Si usted no está en condiciones de asistir, el atropello se transfiere
a la persona que deberá ir en su defecto. Entonces cada mes tiene que calarse
la interminable cola y presentar fe de vida, partida de nacimiento, constancia
de vacunaciones y fotocopias de varios
documentos que testifiquen que usted va porque va…
Para
cerrar esta larga lista de atropellos, no podemos obviar a las Municipalidades
que atraviesan propagandas luminosas y permiten kioscos montados en las aceras sin considerar el paso peatonal y
los pésimos servicios que el estado te cobra y no brinda a cabalidad: los más
recurrentes, agua y luz.
¿Dónde
va uno a quejarse de todos estos atropellos gubernamentales? Pues a la oficina
del Ombusman, que para nosotros se
traduce en la Defensoría del pueblo
soberano, pero como vivimos en “el mar de la felicidad”, resulta que esta
dependencia más bien defiende al gobierno contra los ciudadanos.
De
los abusos ciudadanos, o aquellos que parecen inherentes a la venezolaneidad,
comencemos por el sempiterno pájaro bravo
que se colea: el que estaciona su Hummer
sobre la acera; el automovilista que cornetea por cualquier causa; los que
ignoran el uso del intercomunicador y resuelven todo a grito pelao, de la calle
al 8 tvo. piso; las escandalosas motos con escape libre; el dueño del perrito
que lo saca a la calle para hacer sus necesidades, pero no recoge los excrementos
y las personas en los automercados que dejan el carrito de las compras atravesado
en la línea de pago, porque parece ser que es muy trabajoso devolverlo a su
sitio original...y ¡El que venga atrás que arree!
Desgraciadamente
el venezolano se ha convertido en un ser indolente e indiferente; ya no reclama
ni decentemente, ni tampoco formando peo. ¡Todo le da igual!... Decía la periodista italiana Orianna
Fallaci, que “La costumbre es el más
despiadado de los venenos porque penetra en nosotros lenta y silenciosamente, y
crece poco a poco nutriéndose de nuestra inconciencia". Así, y por desgracia, hemos
asimilado este comportamiento habitualmente venga de donde venga. Da la
impresión que ya ni siquiera concebimos que se pueda vivir en un país menos atropellador…
Aceptar el abuso calladamente, es el mayor abuso que cometemos contra nuestra
calidad de vida.
N.B.
si acaso pasé por alto algún atropello, agradezco me lo hagan saber,
colocándolo en los comentarios del blog.
Caracas, octubre
2012
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