18 noviembre, 2012

Nota suicida.



Por vivir donde vivo y porque  las cosas no funcionan como deberían actualmente me encuentro totalmente incomunicada gracias a la "eficiencia" de la Cantv, la empresa revolucionaria que monopoliza las telecomunicaciones. Digo monopoliza porque desde que tengo uso de raciocinio siempre ha sido así: la única empresa de telefonía pública y el único servidor de Internet para suplir los requerimientos  de todo el país.  Años ha,  cuando la misma empresa estuvo en manos privadas la cosa funcionaba más eficientemente. Cualquier inconveniente que tuvieses con el teléfono o con la conexión a  Internet, a cualesquiera horas del día, tarde y noche llamaba y siempre había personas de guardia para atender y solucionar tus problemas. Ahora no, ahora te atiende una contestadora para darte el horario de atención (valga la redundancia) y por supuesto, éste no coincide con el cual  has telefoneado y… vuelva a llamara tal día a tales horas...

Como señalé, va más de una semana que me encuentro en un limbo comunicacional: sin teléfono, sin conexión ABA (el sistema Internet que la empresa ofrece), supuestamente debido a una “falla masiva” que se presentó en el sector donde vivo y sin tener una fecha segura para la reinstalación del sistema. Aquí comenzó el problema… Los primeros días lo pude medio soportar: salí a hacer diligencias, leí una novela, hice oficios caseros, realicé unas cuantas y breves llamadas, con el teléfono celular y de noche veía la TV. Pero a medida que pasaba el tiempo la cuestión fue degenerando en una angustia existencial y me pregunté: ¿Qué hacía antes, cuando no existía Internet? ¿Cómo invertía mi tiempo ?

Cuando no era una persona atada a todas estas nuevas tecnologías tenía muchas cosas que hacer con mi día: los oficios propios de “llevar la casa”; atender los chamos; ocuparme de mí (peluquería, gimnasio y etcetc.); asistir a compromisos sociales  y además también trabajar fuera. En resumen las horas del día no me alcanzaban. Ahora jubilada, con menos avatares y sin mis habituales canales de comunicación me encuentro desorientada y  con una opresión de aislamiento: no sé de mis familiares; no sé de mis amigos; me pierdo las últimas noticias y los chismes políticos-faranduleros; no puedo cotorrear con mis amistades por feisbú y lo peor no sé qué hacer para matar las horas:  ya limpie, lavé la ropa, cambié la distribución de los muebles de la sala, le saqué brillo a la platería, horneé una torta navideña que me quedó fatal, vacié los closets, organicé carpetas y facturas..¡ El día se me hace interminaaaableee! 
¡ Auxilio! he descubierto que soy adicta a la tecnología, que me hace más falta Internet que un marido. Que prefiero sentarme ante mi laptop y pasar horas allí, que salir a encontrarme con alguien o hacer visitas. Lo reconozco, sufro del mal que a la mayoría aqueja. Inmediatamente saldré a cambiar el telefonito vergatario por un Blackberry multytasking y a colocar una conexión Wiffii, porque una semana más en estas deplorables condiciones y me suicido. Eso sí, dejaré  la consabida nota: Cúlpese a la Cantv de mi muerte y blablablá..



Caracas, novb.2012

1 comentario:

Anónimo dijo...

El último párrafo es de antología !! Chapeau!! EjS