01 septiembre, 2008

Voces que apasionan



Cantar es un arte difícil, si por cantar se entiende buena impostación de la voz, buen fraseo y todas esas técnicas que hacen un buen cantante. Si estos atributos van acompañados de un hermoso timbre de voz, ya es bastante pedir... Esto lo tiene y de sobra Rolando Villazón el joven tenor mexicano. Además posee buena figura, carisma y sencillez. Con estos dones se apropia de la escena, acompañantes, orquesta y público.

Comenzó sus estudios de canto en su México natal. En 1998, ingresó al prestigioso Programa Merola de Ópera, en la ciudad de San Francisco. Se hizo miembro del Programa de Artistas Jóvenes de la Ópera de Pittsburgh. En 1999 Villazón ganó el Premio del Público, el Premio Zarzuela y un segundo premio en el Certamen Internacional Operalia, que preside y organiza el tenor Plácido Domingo quien no duda en apadrinarlo.

Desde su debut europeo en Génova (1999), su carrera van en ascenso: Metropolitan Opera, Royal Opera House Covent Garden, Berliner Staatsoper, Bayrische Staatsoper, Deutsche Oper Berlin, Teatro dell'Opera di Roma, Teatro del Palacio de Bellas Artes, Hamburger Staatsoper, Opera National de Paris, Opéra de Lyon, Opéra de Nice y New York City Opera, por citar los teatros más importantes donde se ha presentado. Además ha obtenido numerosos y significativos premios por sus grabaciones.

Tenores habrán muchos. Algunos han causado furor en su momento: Caruso, Di Stefano, Corelli, Pavarotti, Domingo; los mejores han perdurado... Ahora es el momento de Rolando Villazón porque su calidad interpretativa es difícil de igualar.

Una nueva generación de cantantes ha venido a suplir a Los tres tenores, entre los que destacan varios latinoamericanos: José Cura (Argentino), Juan Diego Flores (Peruano) y Rolando Villazón. Estas voces todavía tienen largo trecho por recorrer para su total consolidación en el bel canto; aún así la presencia de Rolando ya cautiva y sus romanzas enternecen.

Sucede que en las artes escénicas hay almas que se funden: parejas que se juntan –más no en la vida real- y tienen una especial empatía que no pasa desapercibida. Así -porque hoy más que nunca la ópera es un espectáculo total- cuando Anna Netrebko (Rusa) y Rolando Villazón cantan juntos, la representación literalmente se electriza. Además de la excelente interpretación musical dominan un extraordinario desenvolvimiento escénico. No todos los que pisan un escenario logran tal comunión. El publico los adora y…. yo también. Si no me creen, vean esto:

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