11 septiembre, 2008

La culpa es de las vacas



Esto del cambio climático, cada vez es más preocupante.
A diario leemos noticias que tiene que ver con este asunto: mucho protocolo de Kioto, mucho All Gore, mucho Lovelock y su teoría Gaia, pero en definitivas los que padecen las hambrunas y sequías por el cambio climático ni se enteran, sólo lo padecen…

Las grandes potencias industrializadas cargan con la mayor responsabilidad en estos menesteres, pero en general –el principal consumidor energético y por ende, la más contaminante los EE.UU.- no parecen muy proclives a cambiar sus políticas en cuanto al control que deben ejercer sobre sus grandes industrias, para siquiera, palear algo el desastre que ya está en puertas. Ciertamente que hay algunas corporaciones que investigan y organizaciones no gubernamentales que asumen sus responsabilidades. Empero como siempre, para los gobiernos la carrera armamentista es prioritaria. Es decir, hay que matarse por un mundo en el cual no quedará nada y no podremos habitar. ¡Qué inteligentes somos!
La madre tierra está harta de sufrir los abusos del llamado homo sapiens, que cada día demuestra más que de sapiens, ná. Cantidad de animales y plantas, si no están ya extinguidos, van en vías de estarlo. El deshielo polar es de todos sabido. Los voraces incendios y en el otro extremo las inundaciones: los deslaves, huracanes, terremotos y tsunamis, ocurren ahora mucho más frecuentemente que antes, dicen que todo ello debido a la misma causa: el recalentamiento global.

Cuando del cambio climático se trata, surgen variadas opiniones. Recientemente un científico australiano afirmó que las ventosidades de las vacas contaminan más que el escape de los vehículos. El investigador que esto descubrió, recomienda consumir carne de canguro –tal como se hace en Australia corrientemente- ya que estos animalitos al contrario de las rumiantes vacas, no tienen 4 estómagos y el procesamiento de su alimentación produce excretas y ventosidades, con menos gases contaminantes (la bosta de vaca expele metano) Coincidencialmente, las declaraciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC) apuntan hacia lo mismo. Este organismo, adscrito a la ONU señala que: “existen datos indicativos que la producción de carne envía a la atmósfera más gases con efecto invernadero que el transporte automotor un (18% de promedio de la emisiones totales de gases) y se recomienda, no consumir carne.” (sic)

¡De que me reí, me reí ! o sea: la culpa recae en los pedos de las vacas… Francamente, que esta solución me parece demasiado simplista. Me recordé el cuento del tipo a quién su mujer le ponía los cuernos en el sofá, y optó por vender el sofá…

Claro está, la admonición va directamente a los consumidores en los países industrializados, puesto que los famélicos del mundo –que son los más- nunca han visto un bisteck ni en fotografía. Pero ¿a qué preocuparse? Al paso que vamos y a causa de la desertización no habrá pasto, si no hay pasto no comen las vacas, si no comen no hay pedos, si no hay pedos no hay contaminación, O sea se soluciona el problema, porque no quedarán vacas...
Por lo pronto y como se supone que la organización que rige al mundo -es decir la ONU- sabe lo que hace (¿?), no queda otra que acatar lo dicho: ¡Come yuca, come yuca!

Caracas, setiembre,2008

No hay comentarios: