20 mayo, 2008

American Idiot




"Desde chiquito yo he querido, toda la vida ser cantante"…Simón Díaz.


Me pregunto hasta que punto es cierto eso de que toda la vida hemos deseado ser algo que nunca fuimos. Aseverar esto, sería como admitir que todos somos unos frustrados y que no hemos dado pié con bola en nuestra azarosa existencia. Lamentable, ¿no? ¿Dónde queda entonces el sentido de nuestras vidas? Siempre deseando ser lo que no se es: To be or not to be..!

Esta pequeña disgregación me sirve para introducir una noticia que leí en el diario El Universal recientemente, que aparte de hacerme cavilar sobre el tema me causo mucha hilaridad. Parece ser que nuestro único mandatario –tal como la canción- desde chiquito quiere ser cantante, además de: beisbolista, líder continental, maestro y candidato a un Nobel de la Paz, aunque suene algo contradictorio pues durante su gobierno aumentó la violencia. ¡Andar con tantas frustraciones a cuestas, es así como mucho! Es muy valedero que los humanos tengamos ciertas inclinaciones, gustos, distracciones o hobbys diversos, pero no olvidemos que eso son. El expresidente Clinton toca saxofón, pero hasta los momentos que yo sepa, no ha grabado ni piensa grabar o tocar en una orquesta profesional; ni siquiera ahora que está desempleado... Nuestra modalidad, son las innumerables cadenas de 5 y hasta 7 horas, que hay que amenizar con: comentarios chabacanos, chistes ramplones y hasta cantos desafinados. Como si ello no fuera suficientemente patético, se editará un CD de las canciones interpretadas por mi comandantepresidente en su sainete dominical. ¡Qué tal si lo candidateamos al Grammy!

Me pregunto si tal antojo -que será distribuido gratuitamente- se costeará con el sueldo del primer mandatario o con el presupuesto del Ministerio del podel populal pa´ la Curtura, que a la final vienen siendo nuestras contribuciones. ¿Cómo va a efectuarse el reparto? ¿En los horrorosos kioscos de lona roja que apostaron para la policía metropolitana y otros menesteres partidistas, en las esquinas de la ciudad? ¿Encartado en algún diario afecto al régimen? ¿Mediante listas?: usted recibió su ejemplar, ponga sus señas aquí y firme ¿Y si no? ¿Se creará otra lista negra más con aquellos que no recojamos el susodicho CD?

Estos casos folklóricos parecen ser endémicos en Latinoamérica. La mayoría de nuestro presidentes no se han destacado precisamente por tener una buena conducta. Recordemos que por la presidencia de la hermana república de Ecuador pasó un señor Bucarán, rockero él, que bien poco duró en el cargo a causa de sus andadas... No me opongo a que los presidentes les guste la música: les guste cantar bajo la ducha, toquen algún instrumento, escriban sus memorias –ojalá muchos más lo hicieran- pinten o bailen, pero hay que ver dónde y en cuales circunstancias. Recordemos que tan alta investidura, la de presidente, primer ministro, rey o cualquier otro de estos relevantes cargos, implica cierta ponderación en su desempeño. Es decir: no basta con ser sino aparentar lo que se es, tal como la mujer del César.

Así como se espera un conducta intachable de tales personajes para ejemplo y orgullo de sus ciudadanos -ya que son la cabeza del país- así mismo esperamos que eviten hacer el ridículo y más a nuestras expensas. ¿Acaso no hay un protocolo que rige la vida de éstas personas, precisamente para evitar incurrir en desaguisados que no favorecen en nada la investidura.?
Permítanme meter una cuña aquí: admiro mucho al ex Presidente Lagos, de Chile. No sólo por lo buen gobernante que fue, sino porque hasta ahora lo he visto comportarse siempre y en cualquier ocasión como un caballero. ¡Eso si es un Presidente! Imagino que hasta los chilenos que lo adversan deben sentirse orgullosos de cómo los representó ante el mundo.

¿Que nos queda? ¡pasar pena ajena! Seguramente esto también sea parte de todo lo bizarro que estamos viviendo. Así como los encantadores de serpientes hindúes, a nosotros nos adormecen con estas canciones que ciertamente no son de cuna, pero que terminarán de convencer al soberano que; el duce tropical si es de verdaíta parte intrínseca de su pueblo al expresarse como él y que eso de ostentar trajes costosísimos: relojes de colección, andar en tremendas naves y jet y otras nimiedades, son cosas obligatorias que se llevan a disgusto –¡ser rico es malo! – ya que es parte irrenunciable de la investidura, en cambio mantener cierta conducta decorosa, no lo es.

¡El cargo bien merece el esfuercito!

Caracas, octubre 2007
Foto sacada de la web.