27 noviembre, 2016

Una chica mala.




Segun consejas de las lenguas viperinas, las chicas malas son las que mejor lo pasan. En el caso de Alphonsine Plessis, esta conseja se cumplió plenamente: joven, bella, rica y famosa. Alphonsine vivió fugazmente en el romàntico París de principios del S.IXX, bajo otro nombre. Apenas llegada de su natal  Normandia a los 17 años, cambiarà de nombre y se llamará Marie Duplessis, luego la veremos reflejada  en otros nombres... Marie a los 20 años se convierte en la cortesana más famosa de la ciudad;  tenìa a sus pies príncipes, nobles, poetas,  escritores, ricos y hermosos jóvenes. Al final de su vida terminó siendo Condesa, contrayendo matrimonio con el arruinado Conde de Perregaux. 
Al morir de tísis, solo con 23 años  -como estaba de moda en ese entonces-  fue enterrada en funerales modestos en la iglesia de La  Madeleine, pero luego su marido y sus numerosas amistades de la creme de la creme parisina, hicieron una colecta para un fastuoso funeral y una tumba en el cementerio de Motmartre dond nunca afaltan las camelias...

Inspirados en este rocambolesco personaje femenino, Dumas (hijo) quien tambièn estuvo en los brazos de la cocotte, escribió su bella novela La Dama de las Camelias (1848 ), inspirada en la vida de su amante bajo el nombre de  Margherite Gautier.  Pocos años después, Verdi valièndose de la obra de Dumas la inmortaliza en La Traviata (La Fenice 1853), bajo el nombre de Violetta Valery.

Alphonsine como buena atrevida chica mala, quizá pudo decir en su momento: veni, vidi, vinci..


Caracas, noviembre 2016

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