"Ningún legado es tan rico como la honestidad." Shakespeare.
En días pasados (8/04/16), recibí un correo acerca de una carta abierta que el abogado José A. Balzán Pérez dirige a su colega Hermánn Escarrá. No voy a entrar en detalles sobre este asunto espinoso, salvo que me sitúo de parte del Sr. Balzàn Pérez y que deseo destacar el final de la misiva pues me gustó mucho. Dice textualmente: Bien decía mi viejo, que la única y mejor herencia que le puede dejar un padre a su hijo es un apellido limpio... (Sic)
A estos párrafos vale la pena referirse. Antes en tiempos no muy lejanos, cuando nuestros abuelos andaban por el mundo y nuestra "sociedad socialista" y todo el cuento del "hombre nuevo" ni pensaba establecerse, nuestras costumbres y valores estaban sustentados con bases mucho más sólidas y los principios no se vendían al mejor postor, tal como ahora sucede a cada momento. En nuestras familias se valoraba la dignidad: la bonhomía, la rectitud en el proceder, valores transmitidos de generaciones tras generaciones porque era importante mantener un apellido limpio. Ciertamente, cuando en Caracas éramos menos habitantes y las referencias de índole personal -no de puestos guernamentales ni de dinero mal habido- bastaban como presentación, era corriente escuchar: fulanito o fulanita viene de buena familia.. Proceder de buena familia es tener un apellido limpio o lo que es lo mismo acreditarse una carta de presentación impecable de personas dignas: honestas, trabajadoras y solidarias. ¡No es fàcil mantener semejante abolengo!
No mentiré ni decir que todas las familias son impolutas y un dechado de virtudes, siempre existió la oveja negra pero actualmente sucede al revès; todas las ovejas son negras y como excepción hay una blanca, si me explico. No me considero chapada a la antígua, pero en esta revolución de valores morales trastocados donde la mala educación y la chabacanería son moneda corriente (basta ver las cadenas presidenciales o los programas de TV que mantienen los acólitos revolucionarios), sería bueno volver a imponer la condición social de buena familia.
Debe ser horribe ser tildado como la hija del ladrón o el hijo de la sinverguenza o de un mala gente.. En estos tiempos de redes sociales cuando nada queda oculto debe ser harto desagradable y vergonzoso toparse una noticia indecente, donde esté involucrado un familiar. Hasta los momentos me es muy fatisfactorio y me llena de orgullo cuando conozco a alguien, o recibo un chat, tuit o correo diciendo: eres famila de tal..? Tu padre me ayudó en tal o cual ocasión; eres hija de..? Esa sí fue una gran mujer, muy solidaria; tus abuelos eran..? Gente trabajadora y honesta que aportaron mucho al país. Entonces además de agradecer el cumplido agradezco a mis ancestros y procuro recordar que yo y las generaciones venideras de nuestra familia estamos obligados a seguir el ejemplo y mantener nuestro más valioso legado el apellido completo muy limpio.
Que bonito sería que volvieramos a la costumbre de valorar la buena familia, aunque quizá salga un izquierdozo progre y catalogue el término como "muy mantuano" y obsoleto.. Cuestión de perspectivas: el hombre antíguo vs. el hombre nuevo.
Caracas, abril 2016
1 comentario:
Qué excelente escrito, América, sobre el apellido limpio que hoy día en algunas personas se ha vuelto tan, pero tan sucio. La escala de valores con la revolución ha cambiado y la nuestra sigue intacta. Y sigue limpia, porque el verde dinero no ensucia ni seduce a los apellidos "muy mantuano" y obsoleto", como dices, y yo agrego con orgullo, a los pertenecientes a una clase social educada y apegada a las buenas costumbres, aunque los revolucionarios nos llamen en forma despectiva "oligarcas". ¿Será que les duele?
Muchos abrazos,
Myriam
Publicar un comentario