En las festividades decembrinas en nuestra capital pasan dos cosas: se enciende la cruz del Avila y aparece Santa Claus... Otro de esos entrañables personajes populares de nuestra capital, es Ramón Canela. Un señor de 82 años que desde hace aproximadamente diez, todos los primeros dìas de diciembre se aposta desde la mañanita en la transitada avenida Boyacá de la capital causando el consabido revuelo. Don Ramón, muy bien caraterizado en el personaje, saluda a los pasantes con su campana y en su zurrón verde recoge las cartas, peticiones y solicitudes de los infantes y uno que otro adulto. Todos se retratan para atesorar el momento. No siempre lo acojen con afecto, debido a la tranca que se forman, ya que es inivitable la doble cola de vehículos que se detienen... Lo visitan gente de los alrededores y de muchos otros lugares cercanos a Caracas. Con todos estos años se ha formado una cohorte de asistentes - damas y caballeros- que acompañan a Santa y lo asisten de forma espontánea y generosa en sus necesidades, agua y comida, mientras transcurre el día..
Poco se sabe de las intimidades del personaje: llegó a Venezuela como inmigrante, desde su natal España y aquí permaneció. Dicen que una tragedia personal acaecida en estas fechas lo impulsó a hacer el gesto, o quizá sea una manda. Es el caso que él de manera totalmente altruista, da alegría y esperanza a los pasantes y hasta los momentos y con su avanzada edad nunca ha faltado a la cita.
Este diciembre de 2015 el Santa de la Cota mil hizo su aparición el dìa 2. Esto fue motivo para que los medios de comunicación capitalinos y redes sociales especularan y reportaran su ausencia. Por fortuna, al dìa siguiente hizo su triunfal aparición, se reseñó el evento en diarios y TV y se disiparon preocupaciones. Explicó que todo fue ocasionado por que el nuevo atuendo no estuvo a tiempo.
¡Gracias, Don Ramón, por inbuirnos la tan necesaria esperanza..!
Caracas, diciembre 2015
¡Gracias, Don Ramón, por inbuirnos la tan necesaria esperanza..!
Caracas, diciembre 2015