05 septiembre, 2012

Aventura en la Rockies


Morraine lake
En nuestra feliz estadía vacacional en Vancouver (verano del 2012), nos brindaron la oportunidad de hacer un paseo a las Montañas Rocallosas también denominadas Rocosas (Rocky Mountains o abreviadamente Rockies). Cuando nuestros anfitriones mi hija Patricia y su marido George nos preguntaron a Sofía (mi nieta) y a mí si queríamos ir a conocer estas espectaculares montañas, al unísono dijimos Síii..! y hete aquí que nos armaron un tour buenísimo de cinco días en bus, con hoteles y desayunos.. y más rápido que inmediatamente nos embarcamos en la aventura.

Las Montañas Rocallosas, conforman una extensa cordillera, que corre paralelamente a la costa occidental de América del norte desde Alaska, Canadá y Estados Unidos. Su pico de mayor envergadura es el Whitney (California) y está llena de hermosos lagos y espectaculares  Parques Nacionales. Nuestro recorrido canadiense abarcó dos provincias: Brithis Columbia y Alberta. En total ida y vuelta recorrimos aproximadamente 1.600 km. y debimos modificar la hora en nuestros relojes, por los cambios en el huso horario..¡Que país tan inmenso! Partimos el día 8/08 temprano en la mañana de Vancouver en un confortable autocar, con pasajeros de Inglaterra, USA, Australianos, y Candienses… Nuestra primera parada fue a medio día en un pueblito llamado  Hope que se hizo famoso porque allí se rodó la película Rambo. A eso de  media tarde estábamos en Clearwater donde también bajamos a estirar las piernas y para otros menesteres fisiológicos. Es de señalar que en la vía hay muchas bellos poblados y sitios donde detenerse a contemplar el hermoso paisaje, tomar un café e ir a los limpios sanitarios. Puedo declarar sin temor a equivocarme que en Canadá no existe un baño público de esos que llamamos aquí “de carretera”. Todos están limpios, con papel higiénico y jabón para lavarse. Los mejores instalados (centros comerciales) con una zona especial para facilitar a las madres con bebé el cambio de pañal. También tienen facilidades para minusválidos o sea: provocar echar una meaita..! Me pregunto, quién los mantiene así, o son los mismos usuarios que dejan todo limpio como lo encuentran, en consideración al próximo usuario que vendrá más atrás…
A eso de las 6 o 7 pm (todavía con sol) pasamos por el monte Robson y hubo menester de ajustar el horario, porque salimos de B.C. y entramos a  Alberta. Llegamos a Jasper prácticamente a dormir al atardecer (9 pm.), después de 12 horas de rodar y rodar y ver paisaje bellísimos y lagos... Nos alojamos en un hotel de montaña: baño, cena y apagón. ¿Cómo apagón en Canadá, cuando esta gente suple de electricidad, al norte de los EE.UU? Pues sí, en todas partes se cuecen habas. Se cena con velitas y luego a la habitación con linternas. Menos mal que ya era la hora de dormir, empero la luz volvió antes. A la mañana siguiente tocó un pequeño recorrido por el poblado, visitamos un edifico de arquitectura remedo de medieval, que llaman Chateau. Por lo general, las pequeñas ciudades que se encuentran ubicadas dentro de la zona protegida de los parques nacionales, mantienen un tipo de arquitectura muy modesta acorde con el estilo rural que los rodea. No se consiguen allí, altos edificios ni grandes centros comerciales. A las 11 am. estábamos en Maligne canyon un gran parque (esta gran zona constituye el Jasper national park: pinares, ríos, cascadas y avisos de “cuidado con los osos”, que no aparecieron). Los parques tienen facilidades para acampar, aparte de la consabida instalación para atender a los turistas y proveerlos de equipos para un sinfín de actividades: cayak, senderismo, ciclismo y etcetc; además de vender los infaltables souvenirs. Recorrimos unos senderos  para tomar fotos y apreciar la gran cascada Athabasca, algo así como los saltos del Caroní, pero con muchísima más agua.  ¡Esta gente no sabe lo bendecida que está por la naturaleza!  Hay que ver como tienen ríos y cascadas espectaculares… Después de tomar muchas fotos, caminar por casi dos horas y comer un refrigerio nos embarcamos nuevamente en el bus y nos llevaron a ver el  Columbia Icefield  la mayor acumulación de hielo de las Rockies, con cerca de 325 km² de superficie y de 100 a 365 metros de espesor, además de recibir cerca de 7 metros de nieve al año. Esto es lo que dice el folleto informativo, pero también es cierto que el glaciar se ha encogido por los efectos del cambio climático. Como sea es impresionante y por supuesto helado, aún en verano…  Los días veraniegos se hacen larguísimos, así que todavía con luz fuimos a ver el lago Peyto. No voy a repetir lo bello que son estos lagos,: su limpidez, su colorido, rodeados de pinares y montañas nevadas. Se respira un suave olor a pino, se relaja el espíritu y se coloca “el ser” en su lugar, ante tanta magnificencia de la naturaleza.
La  noche del tercer día de nuestro recorrido dormimos en Banff. Nos dieron toda la mañana para conocer la pequeña ciudad y hacer otras actividades, entre ellas subir a la montaña por el teleférico que aquí les dicen “góndolas”, vaya usted a saber por qué. Sofía y yo nos fuimos a Sulphur montain en góndola, otros amigos del tour prefirieron darse un baño en las aguas termales de la zona. Nos pegó frío por esas alturas (2.245mts.), así que allí permanecimos lo necesario para ver y fotografiar. Bajamos nuevamente en la góndola para dar un paseo por la ciudad y localizar un buen restaurante para almorzar. A media tarde estábamos enfilando para Johnston Canyon, donde realizamos una caminata al borde del río y la catarata. Luego partimos a ver dos maravillosos lugares: Morraine Lake  y Lake Louise, uno más espectacular que el otro. El lago Morraine está formado por aguas heladitas proveniente de un glaciar que baja de las altas montañas que lo bordean. En el lago Louise hay la posibilidad de alquilar botes para darse un paseo y sentirse cada vez más agardecido de estar en tan precioso lugar. Frente a tan espectacular entorno, hay un fabuloso hotel (Chateau) que debe aplicar para toda una constelación de estrellas por sus lujosísimas instalaciones y prados. Allí tomamos el té, con acompañamiento musical exquisito de una señora que tocaba el arpa. Esa noche, en el hotel que nos alojába hubo un buffé para los integrantes del tour, pero yo me encontraba en tal estado de postración, que decidí quedarme en la habitación. Sofía si lo aprovechó y departió con una joven pareja londinense, que según me contó luego vía Internet, cuando hubo de volverse a España los encontró en el mismo avión de la Britihs con vuelo a Londres.

En el cuarto día de nuestro rodar, llegamos a Roger Pass (otra vez en Briths Columbia) pués habíamos estado todos estos días anteriores en Alberta. Tuvimos que ajustar nuevamente los relojes. Tal como lo indica su nombre Roger Pass es un paso montañoso (ahora atravesado por la Trans-Canada Highway), sitio muy interesante que cuenta con instalaciones de cafetería y un pequeño museo histórico, ya que allí se comenzó la exploración de toda esa zona montañosa y maderera y se inició el trazado del Canadian Pacific Railway por allá en 1800... También allí vimos el largo y ancho Columbia River.  Después del mediodía llegamos a la ciudad de Kelowna y nos alojamos en un hotel muy bien situado cerca del paseo lacustre, de la ciudad. Largamos las maletas y nos fuimos a dar un paseo en barco por el lago Okanagan. En Kelowna tienen un largo y moderno puente flotante que atraviesa todo el lago de una zona a otra. En la noche, junto con Sofía buscamos un restaurante de comida italiana y luego de cenar rico, nos recogimos para amanecer tempranito. Lo que vi de Kelowna me gustó. El día que llegamos (un sábado), la ciudad tenía no sé que festival y había espectáculos: tarantines de comidas y bebidas y todas esas cosas que se estilan para le caso. Esta zona es vinícola, por consiguiente nos llevaron a ver los viñedos y degustar vinos… Luego un almuerzo comunitario: nuestro gentil y experto guía, Brad dispuso en un restaurante al aire libre un lugar con una larga mesa para todos los integrantes del tour y además como en esa ciudad viven sus tíos también los invitó, así que tuvimos una linda reunión y departimos con gente amable y acogedora. ¡Esos canadienses son bien buena nota! al menos hasta los momentos es lo que me ha tocado… Dicen que no hay quinto malo, pero si debe haberlo triste, ya que después del condumio enfilamos vía casita (en este caso la casa de mis hijos)... La vuelta siempre es más corta que la ida y aquí ciertamente fue así. A eso de las 7 pm. del quinto día del tour estábamos llegando a Vancouver. Vimos muchas cosas bellas y desconocidas. De casualidad nos topamos con dos oseznos por la vía. Imagínense que en Canadá, colocaron alambrada en la utopista (entiéndase kilómetros y kilómetros), para evitar el paso de animales silvestres (Alces, osos, venados, etc.), que se atravesaban constantemente.

¡Hasta aquí llega esta aventura!... Según nos informaron el recorrido puede ampliarse para conocer más lugares. También puede hacerse en tren, mucho más descansado y lento. Nosotros lo hicimos en bus y creo que empleando el tiempo conveniente. Sofía tuvo que volver a Málaga, después de pasar el verano estudiando inglés en Vancouver. Yo me quedé un tiempo y volví a  Caracas a finales de agosto. El paseo a las Rockies me impresionó gratamente... Las personas del tour muy profesionales y atentas. La compañía de mi queridísima nieta: la organización, el mantenimiento de los parques, y la belleza de los lugares visitados, hace la experiencia más magnificente e inolvidable.


Caracas, septiembre 2012
Fotos mías...



Banff


Roger pass










4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy agradable tu relato, me sentí muy identificada con la descripción de los lugares que visitaste, es por eso que estoy enamorada de esta parte de las Rockies donde vivo.
Un abrazo.Elimar

Anónimo dijo...

Ay que relato tan divino Grunilde.!
Gertrudis

Myriam Paúl Galindo dijo...

¡Qué crónica viajera tan interesante , América! Es tan descriptiva y amena que me pareció formar parte del tour familiar. Hermosísima la muestra fotográfica que incluiste. Pienso que podrías incluir algunas otras de los integrantes de esta maravillosa aventura que publicaste ya en Facebook, en las que además de cambios de horas y ¡hasta oseznos hubo!
Esta crónica no tiene nada de escuálida, al contrario, es robusta, hermosa y muy bien alimentada por tu experiencia viajera. ¡FELICITACIONES Y QUE SE REPITAN!

Abrazos,

Myriam

Anónimo dijo...

Esta entretenida crónica apunta a unos genes genoveses en tu ADN. Debe haber por ahí una línea genealógica que conduce hasta el Almirante Colón... La disfruté mucho. Merci bien. EjS(08/12/2012)