22 agosto, 2011

El guardapolvo




¡Ya te fuiste por la tangente..! No es lo que estás pensando... Es que así llaman a las batas blancas que usamos en el cole como uniforme. Las usé yo, mis hijos y mis sobrinos y todo aquel que fue a escuela pública durante la llamada IV república. No crean que en un tiempo muy lejano. En otros países latinoamericanos, también recibe esta denominación y aún se usa...

Cuando yo estudié primaria –eso sí fue lejanísimo- y cuando estudiaron mis hijos, la usanza era llevar sobre la ropa de diario, una bata blanca, corta: las niñas con faldita, amarrada detrás; los varones rectas (tipo guayabera) abotonadas por delante, ambas con bolsillos. Por supuesto que debían estar impolutas y almidonadas, para que nuestros hijos pasaran airosamente la revisión matinal: uniforme y medias blancos, zapatos negros (lustrados); a ver las uñas, a ver los dientes, a ver las orejas, a ver el peinado... Más tardábamos las madres en acondicionarlas que los párvulos en ensuciarlas. En la excelente escuela municipal donde mis hijos estudiaron la primaria, existía hasta un ropero escolar: allí voluntariamente se entregaban los guardapolvos, cuando se pasaba de grado y ya empequeñecían para uso del educando. O sea, no solamente se enseñaba, también se educaba; el alumno salía con sentido de responsabilidad social y con eso que ahora llaman “ecología” y que en aquellos tiempo no era otra cosa que aplicar el sentido común, no malbaratar y ayudar al prójimo. Los libros también eran reutilizados, siempre que no estuviesen maltratados.

Mi hijo menor, que era una amenaza –como todo muchacho sano y vivaz- no daba cuartel ni a las maestras ni en casa. En una ocasión recibí notificación de la dirección del Colegio. Cuando me trasladé allá la directora, una señora muy seria y responsable me indicó: Sra. América, el uniforme de su hijo deja que desear, porque la mayoría de las batas están sin botones. Llamamos a mi hijo a la dirección y averiguamos que sucedía. Bueno, resulta que el niño los arrancaba para hacer gurrufíos, durante el recreo. No me reí en la cara de la Directora, porque sería todo un irrespeto y además porque ella estaba aplicando la debida disciplina a sus educandos… ¿Acaso podrán imaginar la cantidad de botones que tuve que reponer durante los siete años que duró la estadía de mi hijo en el colegio.?

Esta crónica la relato, porque montones de personas no tienen ni idea de cómo eran las cosas en el anterior período republicano -mal llamada IV REP- y resulta que no todo era tan malo…

Caracas, agosto 2011
Ilustración sacada de la web.


5 comentarios:

Gajardo dijo...

En mi época (El Jurásico) en Chile no se usaba ni siquiera uniforme, pero los requisitos de inspección de la limpieza eran estrictos. Le que si era igual, o quizás más difundido, era el paso de la ropa y zapatos al hermano menor. Mis hijos si tuvieron la experiencia de los "guardapolvos", pero ya las llamaban "batas"...

Pachita dijo...

Ya se me había olvidado esta anécdota... jajaja... los gurrufíos eran bien divertidos! Me pregunto si los chamos de hoy día juegan con gurrufíos.

Yo también usé el guardapolvo, al que también llamábamos "bata", al comienzo debíamos usar falda debajo del guardapolvo pero al final de mis años escolares nos dejaban ir con pantalones.

Esmeralda dijo...

Empece a leer este artículo y lo terminé en la lamentable primera frase, me opareció insultante, por decir lo menos,pues no encontré relación entre ella y la foto de menores de edad,escolares. Qué pasa? es aque ahora todo se vale? Las madres de esos niños ven representados a sus hijos en esa carcelaria frase? Si este es el tono del blog no cuentes conmigo.

Anónimo dijo...

Yo lo usé Maja, lo llamaban "bata" y era del tipo vestidito con un gran lazo atrás. Me lo ponía sobre mi ropa de diario, o sea que llevaba un trapero encima.

La Gertrudis.

Anónimo dijo...

Yo usé los guardapolvos en el Kindergarten de la Escuela Experimental Venezuela y luego, en el Primer Grado del Colegio María Auxiliadora en Los Teques. El primer guardapolvos era blancoi, como lo describes, América y el segundo, azul añil (allí se disimulaba el sucio).
Lo que cuentas de Ernesto me dio mucha risa porque él se valió de todos los medios por tener sus gurrufíos. Estupenda crónica de tiempos lindos de la a mucha honra, IV Repúblicas, donde abundaban éstas: República del Paraguay, de la Gran Colombia, etc., y todas con sus inmaculados guardapolvos.