28 noviembre, 2008

20 años no es nada


Eso dice el tango, pero a mi me parece que diez (que se suman este próximo 2 de febrero de 2009), son más que suficiente para acabar con un país. A mi, pobre mortal, estos diez luctuosos años me han aporreado duro y mire que lo he asumido con paciencia y resignación, pero todo tiene su límite y aguante. ¡Se cansa uno!
Considero que he desperdiciado diez años de mi vida malviviendo en este chiquero revolucionario. Aquí eso de calidad de vida y derechos civiles no saben con qué se come, empero si hay en abundancia: atraso, miseria, populismo, odio y especialmente mediocridad. Así es, estamos en manos de mediocres reconcomiados, lo que es peor. Baste con darnos cuenta de la reacción de los llamados líderes del proceso ante los resultados de la recién celebradas elecciones regionales(23/11/08) ¡Dignos ejemplos de unos talibanes cualesquiera! Me limitaré a señalar algunas las acciones retaliativas que está emprendiendo el amadolider y sus ordas fascistoides de camisas rojas, rojitas (idem a Mussolini con sus camisas negras, o Franco con sus camisas azules), contra los representantes de la oposición que salieron victoriosos: la toma del edificio donde funciona la Alcaldía Metropolitana, para impedir la entrada a Antonio Ledezma alcalde electo; la instigación judicial a miembros del grupo civil 2D o del Comado Angostura; y el consabido pase de factura -"procedimiento administrativo", le dicen- contra Globovisión, inventando los más rocambolescos argumentos.

Diez años es demasiado: escuchar ad infinitud la misma glosolalia del caudillo tropical: el discursito decimonómico, la recurrente palinodia, los desplantes y chistes malos, repetidos y repetidos por sus adláteres, como dañino efecto multilicador. Tamaño lavado de cerebro para el soberano que como borrego, va, escucha, aplaude, vota y luego cobra, porque la cuestión no es voluntaria, como se pretende hacer ver. Diez años de la más terrible corrupción que ha tenido este pobre país. (Hasta PDVSA trapichea con divisas en el mercado negro) Diez años de pésimos servicios públicos: sin hospitales, sin escuelas, sin agua y sin luz. Diez años de una educación improvisada de donde saldrán educandos incapaces de incorporarse a un mercado de trabajo digno: primero por mal capacitados y segundo por que no hay dónde. Diez años de injusticia con presos políticos. Diez años en manos de rastacueros y mediocres. La Asamblea Nacional lo que da es vergüenza. La mayoría de sus integrantes son borregos arreados por el comaandante. Me remito al show mal montado de la Comisión de Contraloría, ante la muy reciente comparecencia de Manuel Rosales, Alcalde elegido de la ciudad de MCB, para complacer los designios emanados de Miraflores.

Diez años para acabar con la República y sus instituciones (aquí ya no hay división de poderes) Diez años de despilfarrar nuestro dinero a diestra y siniestra en dádivas, para lograr un apoyo y participación intercontinental que no se obtiene por vía de la idoneidad. Diez años de armamentismo y guerrerismo contra nuestros vecinos (ahora se pretende, como si fuera algo de que enorgullecerse, que cada venezolano tenga un fusil) Para resumir ¡Diez años volviendo mierda a Venezuela! Pero contando lo que falta para que se termine el período presidencial y el actual inquilino de Miraflores desaloje la casa, sumarían 14 años. ¡Cualquier cosa es un trastorno!

Por si esto no bastara para terminar el “afianzamiento de la revolución” como se han propuesto el amadolíder, pretende modificar la constitución - esa que vendió como la mejor del mundo- para perpetuarse en el poder, mediante sucesivas reelecciones indefinidas. ¿Qué va a quedar de Venezuela después de estos nefastos años?

Probablemente, diez años para un chamo de esos valerosos que le están haciendo la lucha al gobierno sea un soplo, pero para mí que ya estoy doblando la esquina, me parece una eternidad en el infierno... ¡No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista!, para mi consuelo...


Caracas, 2008

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