La idiosincrasia de una mujer se refleja en el contenido de su cartera, ni más ni menos. Es decir que la cartera de una mujer es como la bola de cristal de las adivinas... Quizá con esta aseveración me gane la enemistad de mis congéneres, pero he podido comprobar lo que aquí digo…
Las carteras femeninas, fueron creadas por la moda como complemento para adornar y llevar alguno que otro objeto, que pueda ser indispensable para la portadora al momento de su salida: papeles de identificación, llavero, tarjetas de crédito, algo de maquillaje y dinero, por supuesto. No olvidemos el celular, que bien puede ir en estuche aparte o dentro de la cartera. También, para su información, las carteras femeninas tienen compartimientos, precisamente para llevar los objetos debidamente ordenados.
Pero resulta que hay muchas féminas –y por ellas pagamos todas el escarnio - que creen que una cartera, en vez de ser un adminículo útil y decorativo, es una escaparate. Así sus portadoras no precisan ejercitar la musculatura de sus brazos en gimnasio alguno, con mancuernas de ejercicios ya que levantar semejante peso es más que suficiente. Por si esto fuera poco, localizar algún objeto dentro de tal bulto es una misión imposible, ya que todo está regado y mezclado en un pandemónium : recibos viejísimos, comprobantes de retiros bancarios, cédula de identidad vencida, licencia de conducir (también vencido y sin certificado médico), paraguas plegado, cigarrillos desperdigados –con el consabido mal olor a nicotina y los desperdicios del cigarrillo en el fondo del saco , ensuciando todos los otros objetos- polvera con espejo roto, lápices de labios, un alicate, peine, lápices y creyones de los hijos, fósforos, libreta de apuntes y teléfonos, bolígrafo, lentes para el sol, tarjetas de crédito, rulos y pinzas para el pelo, llaveros, un frasquito de perfume, libro de auto-ayuda para leer en el Metro, galletas (rotas y también ensuciando el fondo del saco) un velo o mantilla (por si hay cerca de una Iglesia) y la consabida farmacia: aspirinas, toallas sanitarias, curitas, antiácido, klinex, condones y para finalizar el teléfono celular o el HiPod.
No sería tan caótico, si toda esta parafernalia estuviera medianamente ordenadita en los compartimientos de la inmensa cartera (a veces son tan pequeñas, sólo por atender al moda, que las pobres están a reventar), pero resulta que no. La portadora aduciendo que está muy ocupada para tardarse en organizar algo, usa siempre la misma cartera –cartera de pobre pues combina con todo- y lanza lo primero que consigue dentro y allí se queda durmiendo el sueño de los justos.
He llegado a la conclusión que para saber en verdad cómo es una mujer, hay que hurgar en su cartera. Así como la cartera, me atrevo a inferir que así mismito tienen las gavetas de la casa, los closets y lo más grave, así les funciona la mente.
Para muestra, va esta relación:
Cartera vs. Personalidad.-Pocos utensilios (indispensables) y ordenados = Mujer pragmática, responsable, centrada y confiable.
-Cantidad de cosas dentro de la cartera (quizá necesarias), pero sin orden ni concierto = Mujer desorganizada, dispersa e inestable, imprevisible.
-Muchos objetos variopintos, (inservibles), acumulados y mezclados = Mujer ilusa, con la cabeza llena de papelillo, disociada de la realidad y casi tonta.
Creo que estas pequeñas orientaciones servirá a los interesados, especialmente los caballeros, para saber cómo y con quien están tratando. Si por casualidad alguna de mis congéneres lee esto y no está de acuerdo conmigo, bien puede desmentirme y probarme lo contrario. ¡Yo me someto a la revisión de la cartera!
Caracas, julio 2008
-Cantidad de cosas dentro de la cartera (quizá necesarias), pero sin orden ni concierto = Mujer desorganizada, dispersa e inestable, imprevisible.
-Muchos objetos variopintos, (inservibles), acumulados y mezclados = Mujer ilusa, con la cabeza llena de papelillo, disociada de la realidad y casi tonta.
Creo que estas pequeñas orientaciones servirá a los interesados, especialmente los caballeros, para saber cómo y con quien están tratando. Si por casualidad alguna de mis congéneres lee esto y no está de acuerdo conmigo, bien puede desmentirme y probarme lo contrario. ¡Yo me someto a la revisión de la cartera!
Caracas, julio 2008
2 comentarios:
Nunca había pensado en eso. Yo no me someto, mi cartera parece un baúl.!
abrazos,
Magaly
Amiga América describes en este escrito y con un fino humor como el contenido de nuestras carteras reflejan nuestras personalidades, por mi parte me identifico con el primer genero de féminas: las pragmáticas, solo tengo en mi cartera lo esencialmente necesario monedero,celular,llaves, un libro y algo de maquillaje, además en órden, solo le agregaría a tu escrito que no solamente en esa forma tenemos la casa sino también el carro. Ojo: hoy en día he agregado el necesario y desaparecido papel toilet.
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