01 junio, 2008

Pájaro de mar por tierra


Este era, este era, un barquito chiquitito.
Este era, este era, un barquito chiquitito.
Este era, este era un barquito chiquitito,
que no podía, que no podía, que no podía navegar..

(canción infantil)

El mar es muy atractivo. Nos seducen sus aguas profundas y los misterios que ellas encierran. Las cristalinas aguas verdes de sus playas. También es aterrador, cuando hay tormentas y tsumanis. Siempre he visto algo de aventureros en la gente de mar, que los diferencia de nosotros los de gente de tierra. Por ello imagino que a los que aman navegar, es porque realmente lo disfrutan. Me refiero a navegar por hobby, o deporte y no por necesidad, ya que la faena en el mar es dura y pesada. ¡Si lo sabrán los pescadores ! Recordemos a El viejo y el mar de Hemingway. De hecho hay personas que tienen tanto espíritu de navegante que viven en sus barcos y /o barcazas. Así que deduzco que aquel que se empata en comprarse un peñero, una lancha o un velerito, es por que le gusta hasta los tuétanos y desea sacarle el mejor provecho a su adquisición. ¿Será?

¡Pues no! como que no es así. Resulta que me enteré por el Discovery chanel, que hay un servicio, para quien se lo pueda pagar, de trasporte de barcos. O sea sacan su barco del agua, se lo llevan a otro puerto que usted elija –a varias millas náuticas- y se lo entregan allá, donde previamente usted ha llegado vía aérea. El servicio, bastante costoso -alrededor de 200.000 dollares- consiste en un carguero (algo así como un ferry) con cupo para unos 16 yates de varios tamaños, debidamente colocados en bloques de madera para estabilizarlos. El servicio se lama Yacht transport. Tiene su capitán y varios empleados para realizar las complicadas maniobras. Inclusive buzos , para la colocación de los pontones y su posterior retirada, bajo el agua. Al carguero lo medio sumergen para cargar los barcos y luego sube nuevamente a flote, con los yates en su lugar (algo semejante a las esclusas del canal de Panamá, pa´que se den una idea). El transportador entonces, queda como un dique seco. Esos donde se trasladan los barcos para su reparación.

Lo que no llego a comprender, es por qué una gente que tiene uno de estos lujosos yates –es decir dinero de sobra para comprarlos- con tremenda tripulación, que se supone tiene tiempo libre para darse el lujo de navegar, recurren a este servicio de transporte no por una necesidad perentoria sino para “huir del trajín de la travesía” (sic). ¡Me quedé de una sola pieza! ¡Señores si lo que les molesta es la travesía, cómprese un avión y no un barco!

En los barcos -especialmente veleros- se trabaja mucho. La poca experiencia que he tenido en estos menesteres así me lo ha demostrado. Pero está sobre entendido que eso es parte de la diversión. Sino que lo digan los que intervienen en regatas deportivas, que requieren una tripulación bien entrenada. Debe ser que éstas personas del jet-set, son tan pero tan sifrinas, que tienen esos tremendos barcos, sólo para pantallar y darse unas vueltitas en los puertos de la hig society para hacerse ver.

Hasta hoy yo creía que los barcos eran para navegar, pero por lo visto estoy nuevamente equivocada. Los barcos son para montarlos en otro barco, para que este navegue y luego los baje y los ponga sobre el agua. ¡Así es que funciona la cosa!

Les dejo un video de Raspinfly en una regatta: http://www.youtube.com/watch?v=bWzuO2bXx8w


Caracas, junio 2008
Foto:cortesía Patricia

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