16 septiembre, 2019

La rueda del infortunio.



El grado de irrealidad en el cual viven los que aquí detentan  malanente el poder, no tiene parangón en ninguna otra república babanera. Vargas, un estado venezolano al que le acaban de cambiar el nombre por La Guaira, tiene un gobernador militar, con fama de borrachín escandaloso e ineficiente dilapidador del erario, que acaba de sobrepasar los limites de lo irreal... En un país donde tenemos 4 millones de refugiados, un 70 % de gente hambreada y el sueldo mensual equivale a 2 dólares, el gobernador ha tenido la "genial idea" -imagino, en sus delirium tremens- de ir a la China para adquirir una descomunal rueda de la fortuna, en mis tiempos llamadas ruedas Chicago. 

Supuestamente la idea dizque es con fines turísticos, pero me pregunto quién va a tener la valentía para subirse en esa vaina, que de seguro no tendrá mantenimiento. El teleférico que va al Avila, se encuentra paralizado, por la misma causa. Y qué tal si se va la luz (que es lo  màs probable) y usted se quede  guindando en ese perol. ¿Así me dirá usted quièn se atreverá? El comprador, haciendo propaganda,  se le ocurrió llamar a la rueda "El ojo de La Guaira", para copiarse del "London Eye", con la pequeña diferencia que desde la rueda inglesa se divisa una hermosa ciudad con parques: monumentos, limpio río y palacio de Buckingham incluido y en la nuestra en cambio el infeliz usuario de la atracción verá un horroroso rancherío y si tiene suerte un pedazo de mar caribe.
Yo como varguense, tendrìa verguenza en vez de regocijo no sólo por cuestión de estética, sino también por pena  ajena. A este tipo lo mejor que se le ocurre es derrochar en esa chatarra en vez de meterle dinero a las cosas verdaderamente prioritarias para el Litoral: hospitales, escuelas y así así.

¡Varguenses y venezolanos todos, boicot a ese nuevo "entretenimiento"..! Sigamos bajando al Litoral a disfrutar del mar y a comernos un rico pescaíto frito y que la Rueda del Infortunio quede a merced del salitre y no para falsos divertimentos.


Caracas, septb. 2019

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