La ultima noticia, es que las panaderías venezolanas - casi todas en manos de laboriosos portugueses- no tiene harina para el pan . Corolario: seguimos con el circo revolucionario, pero sin pan. No habrán canillas, ni pan francès, ni campesino, ni la rica variada pastelería, pero lo más trágico; el venezolano se queda sin cachitos.
El desayuno habitual del caraqueño promedio, es dirigirse a la panadería y pedir ¡un con leche y un cachito! Digo que es costumbre caraqueña y de otras de nuestras ciudades, porque en los pueblos del interior los desayunos son caseros y harto copiosos... El mencionado alimento, consiste en un pan pequeño, relleno de jamón ricamente horneado. Si conocen el tradicional pan de jamón navideño, el cachito es su versión pequeña y simplificada... Para las madres y estudiantes, la ausencia de cachitos constituye tambièn un problema, ya que ese condumio es la merienda de media mañana o media tarde, para los chicos en las escuelas.
La usencia de cachitos incide directamente en la nutrición de los chicos y chicas. Nuestra llamada "cesta básica" cada día es màs básica, por lo carente de nutrientes verdaderos (sólo contiene: carbohidratos y grasas, sin proteínas) Las generaciones que se han levantado durante este largo período revolucionario, sin duda están mucho peor alimentados que generaciones anteriores. ¿Dónde vamos con gente malnutrida y peor pensante, cuando la verdadera riqueza de un país es su población?
Aquello que los robolucionarios dicen, sobre la IVRep. lo podemos aplicar -gracias a ellos mismos- a los cachitos: ¡no volverán!
Caracas, julio 2015
- Ilustración Web.