21 mayo, 2012

Idiotez globalizada




Antes cuando trabajaba y criaba muchachitos, tenía menos tiempo para dedicarme a ver la TV. Ahora desocupada y con tantas posibilidades de canales internacionales, películas y todas esas parafernalias ocupo más tiempo en ver la programación y las películas que ponen en los canales nacionales e internacionales. La verdad no hemos adelantado mucho, salvo que nos enteramos de las noticas antes que sucedan… La TV por cable ayuda a mejorar este aspecto, además me exime de calarme la programación del “canal de todos los venezolanos” y las cadenas presidenciales. ¡Sin comentarios! Hay otro asunto que me molesta de ésta programación internacional; aparte de que todos vemos las mismas ridiculeces, tenemos que soportar el abuso de  la propaganda globalizada: no concibo por qué si estoy pagando un servicio tenga que ver ofertas y productos que sólo se vende en Chile, Colombia o Argentina. ¿Acaso estas empresas de cable no pueden sostenerse con la contribución de los suscriptores? ¡Vaya usted a saber!
Pero hay salvedades y se consiguen algunas buenas películas y documentales. Por ejemplo el canal Film & Art cubre un amplio aspecto cultural ( a veces repetitivo):  Redes con asuntos sobre avances científicos puesto al alcance de nuestro entendimiento,  Discovery o History chanel. El programa El encantador de perros es harto interesante, porque a mi entender enseña más sobre la psicología de la gente, que de los mismos canales. Lo que no termino de concebir es esa cantidad de las ahora llamadas “series” que duran unos seis meses, luego te las cortan y anda tú a saber si volverás a verlas. Luego cuando finalmente aparecen te cabalgan los horarios para tu total desconcierto. ¡Me harta la hemorragia de vampiros y hospitales!... Algunas se salvan de la debacle: Bored to Death, Person of Interest y la controversial Los Sopranos, premiada y por supuesto alargadísima para complacencia de los seguidores. Para reír, no puedo dejar de hacerlo con Aquí no hay quien viva, de la TV española;  tan bueno que hasta los colombianos compraron los derechos (tal como se hizo, pero a la inversa con Betty la fea) y armaron su adaptación. Igual en ambos casos, resultó aquello de que: nunca segundas partes fuero buenas… De la TV italiana del Sr. Berlusconi, paso… !Mis genes italianos siente pena ajena! Y menos me calo por considerarlo un desgaste de las pocas neuronas que me quedan, los Reality show, entre ellos : American idiot, las Kardasian (unas vividoras que por lo visto no dan para más), o la principal inútil del mundo, la tal Paris, "mostrando el mundo tal cual es".

Lo último que por casualidad pesqué –en eso de pasar canales con el mando a ver qué están poniendo- fue un concurso de “princesitas” si mal no recuerdo en el canal Home and Healt o fué en Cosmo (ambos compiten por programas insulsos) y quedé estupefacta..! Resulta que el programa en cuestión es dizque “infantil”. Un concurso de belleza para elegir una “princesita”, donde sale un montón de carajitas (de 4 a 6 u 8 años) ridículamente disfrazadas de adultas: maquillaje, extensiones de cabellos, tacos, trajes de lentejuelas, bronceado artificial y  cualquier cosa que a la madre se le ocurra endilgarle a la pobre criatura para que se vea más “hermosa” y “apetecible” que las demás. A mi me parecieron unos engendros, una mujercitas liliputienses… Encima las mismas señoras, transmiten a sus niñas el “espíritu de competitividad” y presionan a las concursantes con extenuantes ensayos  y modelaje a más no poder.  ¡Cómo quedará la salud mental de las criaturitas que no clasifican!  La madre de la ganadora, la exhibirá y restregará a las otras madres perdedoras, porque a la  final el mentado concurso es eso: una manipulación materna, avalada por una manipulación comercial. Ergo: mientras más te parezcas a Barbie, más hermosa y querida serás por tus padres, maestros y por todos; de paso nos caen unos dolaritos.
Desconozco si allá en el norte exista una Ley como nuestra LOPNA (buena en el papel, pero incumplida como de costumbre), para la protección de los infantes, pero debería existir. O si hay una comisión reguladora para el caso. Seguramente habrá una “liga de la familia”, no sé. Por allá en el Imperio sobran las ligas, grupos de apoyo, asociaciones y ONG: hasta existe una Asociación del Rifle, empero debe ser más importante tener derecho a portar un arma, que velar por la salud mental de estas niñitas, digo yo.
En fin, que ni aún pagando un servicio de TV nos libramos de los bodrios.

Caracas, mayo 2012
Ilustración de la WEB

No hay comentarios: