No
hace mucho, existió en Venezuela un personaje muy singular a quienes todos
conocían por Bambarito, apodo del doctor Rafael
Hernández Rodríguez (1909-1985), reconocido medico Zarazeño que practicaba
–adelantado para su época- la medicina
holística; además de ser un humanista y poeta. Como el doctor era un
sanador reconocido, quizá por ello se le atribuyeron “poderes especiales” y surgió
entre la gente el decir: "A ese no lo salva ni Bambarito" y
los venezolanos lo hemos asumido como “lo inevitable”; si algo andaba mal
y no lo arreglaba él, no lo arreglaría nadie más. De dónde provino el apodo,
nunca se ha pudo saber con certeza.
Recuerdo
a Bambarito en estos momentos, porque el cogollo gubernamental, ahora está
contra brujos, brujas, adivinadores y afines. Asunto delicado, porque no es prudente
jurungar ese avispero. Tampoco se llevan bien con los santos: San Diego y San Cristóbal... Según se lee en la publicación de La patilla (21/05/2014): “Parece ser que al Gobierno de Nicolás
Maduro no le gustan las predicciones y por eso decidió sacar del aire el
programa “Brujas”, que dirigía la locutora Virginia Escobar…
Representantes de la casa Militar y de Inteligencia
Militar, los visitaron y de manera muy amable pero directa, le advirtieron al
dueño de la emisora web “TwitRadio” que si no
sacaba del aire inmediatamente el programa “Clan de Wiccas” dirigido por
Virginia Escobar, conocida por sus acertadas predicciones, y que también
participa en los programas de Berenice Gomez ”La Bicha” y Gisela Matamoros,
procederían a allanar la emisora.” (Sic.)
En
el gobierno anterior se dio cabida a todos estos personajes, algunos importados
directamente de Cuba; los paleros (que se dedican a trabajar con muertos), los santeros
(que siempre han existido en nuestro país) y toda suerte de adivinos, que por
supuesto estaban acordes con el régimen y daban loas al comandante de turno y
auguraban algo así como una “revolución eterna”. Tanto así fue la comandita, entre brujos y
gobernante, que fue vox populi decir
que el sarcófago del Libertador fue profanado por estos señores paleros, para
supuestamente pasar el poder del Libertador al comandante eterno. Cierto o
falso, es una superfechería más y a todas luces no dio resultados, pero lo
cierto es que estos especímenes se llevaban de maravillas con la clase
gobernante.
Ahora,
el muevo inquilino de Miraflores prefiere optar por Sai Baba. Señalan que está
molesto porque los idus no lo
favorecen y los adivinos así se lo hacen notar. Lo más expedito es eliminar de
un solo plumazo a toda esa caterva de gente, que no ayudan en estos trances tan
difíciles. Ya que estamos; aquí se está contra todo, no sólo contra la
brujería. No gustan los humoristas, no gustan las redes sociales, no gustan los
que protestan, ni los que manifiestan.
Eso
de la brujería no es cosa nueva. Ya es tradición popular muy arraigada en
nosotros; más de uno estuvo en Birongo, a que le fumen el tabaco, le echen un
ensalme, le den unos ramalazos o baño pal´despojo, o cualesquiera de esas vainas. Ni hablar de la reina
Maria lionza y sus acólitos, pero mejor no me meto con ella porque es poderosa
y de respetar; además de que vuelan, vuelan.
Tal
como están las cosas en el país, no hay que ser adivino para saber que vamos de
mal en peor; que el gabinete no da pie con bola, que nada funciona como debería
ser y que ni Bambarito, acomoda esto.
Junio, 2014
Ilustración de la Web.