En estos
catorce años, tiempo tomado para la supuesta construcción de la nueva sociedad
-la llamada Patria nueva- el sentido común
ha desaparecido, para dar paso a las más
irracionales situaciones en el acontecer político. Cuando el Coma-andantepresidente se ha convertido
en algo etéreo, se clama por su salud y pronto regreso, mediante las más
absurdas y grotescas manifestaciones, digna de una corte de los milagro. Vemos a quienes jamás concebimos incurrieran
en estos disparates, sorprendernos con alguna postura rodilla en tierra, un juramento ante multitudes, el consabido salto de talanquera (para una definitiva
adhesión, por ahora) o declaraciones y
escritos laudatorios... A través de los años los obsecuentes y rastacueros han existido
para beneplácito del ego de dictadorzuelos; pero nunca como en las actuales
circunstancias.
Viene a
cuento, porque a un mequetrefe de la televisión se le ocurrió muy teatralmente,
demostrar su incondicional apoyo a la “revolución bonita” clamando de rodillas
y brazos en cruz, por la vuelta del mandatario ausente. ¡El salvador de la
patria! A pocos días, tuvimos que escuchar las palabras laudatoria que el maestro
José Antonio Abreu lanzó, en un acto donde tocaba la Sinfónica Simón Bolívar para los integrantes del “nuevo régimen de
facto” (de alguna forma hay que llamarlo) y a un grupo de presidentes latinoamericanos
que asistieron al Teatro Teresa Carreño
(el nuevo foro del régimen) a un amago
de toma de posesión presidencial, el 10 de enero del presente año.
Hagamos un
poco de historia: la Orquesta Sinfónica Nacional
Juvenil de Venezuela Simón Bolívar, se creó por decreto presidencial de
Carlos Andrés Pérez en 1975, con la idea de promover la enseñanza de la música
a nivel educativo. Su primer director-fundador fue el maestro Abreu, con un concierto
inaugural, en abril del mismo año. Desde ese entonces hasta los momentos el maestro,
ha batallado con gran encomio y varios altibajos durante todos los gobiernos
democráticos, por el mantenimiento y desarrollo de un programa que con el
correr de los años, se ha convertido en todo un sistema nacional de orquestas y
recientemente con sede propia: giras por varios continentes, grabaciones, invitación
de reconocidos directores internacionales y muchas premiaciones. (Premio
Príncipe de Asturias, 1993) Actualmente bajo el
slogan Tocar y Luchar y chaquetas
tricolor, la OSSB se ha volcado en la
única ventana cultural que Venezuela puede ofrecer al mundo, tal y como están
las cosas en el deprimido sector cultural.
El discurso
de agradecimiento y ruego por la sanación del Amadolider leído por Abreu, con
inclusión expresa de Dudamel en el mensaje, no cayó nada bien dadas las
actuales circunstancias de “limbo institucional”, en que se encuentra el país y
la actitud autoritaria de los suplentes de facto,
debidamente asesorados por sus adláteres cubanos... Si a esto aunamos la grave
crisis social y la tremenda inseguridad existentes (hasta dentro de los
penales), en la prensa nacional se publicaron varios artículos reprobatorios de
las palabras dichas. Independientemente del ideal político al cual suscriban
con total derecho, considero que a estas alturas de la partitura no es
necesario que el maestro y su dilecto alumno, se muestren genuflexos o hagan el
ridículo, en aras de un supuesto beneficio para la organización. Bien sabemos
que al régimen no le conviene hacer decaer semejante embajador propagandístico.
La OSSB es del Estado venezolano y no
de un partido político, su directiva e integrantes se deben a todos nosotros,
por consiguiente los halagos partidistas deben manejarse con sindéresis.
En los
artículos que circularon profusamente por las redes sociales, se hizo hincapié
en comparar la actitud de los nuestros, con varios músicos que pisotearon su
fama y dignidad por plegarse a regímenes totalitarios. No voy a repetir esos
nombres. Prefiero recordar algunos músicos (compositores y directores), que no comulgaron
con ningún totalitarismo y a través de los años son ejemplo de dignidad: Arturo
Toscanini, Bela Bartók, Pablos Casal, Arnold Schönberg, Sergey Prokofiev. Es falsa la premisa que se esgrime de que el autor se
debe sólo a su obra. El artista, el científico, el intelectual no puede vivir
en una campana de cristal, al margen de la sociedad y la historia. Por su
condición privilegiada, debe unirse a las mejores causas de la humanidad y
servir de ejemplo. Empero también puede, porque errar es humano, adherirse a
las peores.
En un país como el nuestro, donde escasean las buenas motivaciones, el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles nos llena de autentico orgullo venezolanista. Es deseable, que aquellos que lo han hecho posible, también se hagan acreedores a nuestra admiración y respeto. ¡Se agradece no defraudarnos!
En un país como el nuestro, donde escasean las buenas motivaciones, el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles nos llena de autentico orgullo venezolanista. Es deseable, que aquellos que lo han hecho posible, también se hagan acreedores a nuestra admiración y respeto. ¡Se agradece no defraudarnos!
Caracas,
febrero 2013
Ilustración tomada de la web.